

Un país precioso y lleno de contrastes. Tiene la desventaja de ser incómodo a la hora de organizar un viaje por Europa ya que está en la dirección contraria al resto de las ciudades. Pero si pueden hacerlo no lo duden porque vale la pena.
De la Europa occidental es lo menos desarrollado; se ve suciedad, pobreza y transporte público limitado. Está fue nuestra pequeña ruta por tierras lusas:

1-Lisboa
2/3- Cascais-Estoril
3- Sintra
4- Porto
LISBOA: como en casa
Antes de detallar los lugares turísticos de la ciudad hay que destacar que Lisboa sufrió en varias ocasiones fuertes terremotos, uno de los más grandes en 1755. Por eso motivo aún hoy hay varios edificios en ruinas. También la enorme importancia que tiene el río Tajo para esta ciudad, al igual que otras urbes del mundo 1ro el río después la ciudad. Por último, la gente, la forma de vivir, todo para ser mucho más cercano a América del Sur (lo bueno y lo malo también) que a Europa.
El Castillo de San Jorge es una visita obligada para cualquiera que pisa Lisboa. La construcción original es del siglo V a manos de los visigodos y en el siglo IX fue agrandado por los árabes. Está ubicado en la parte alta de la ciudad, en el barrio de Alfama. Desde allí se tiene una gran vista de la ciudad y del río Tajo. Se puede visitar el castillo, que si bien no es impactante se recorre rápido y tiene cosas interesantes. En resumen, si la entrada está más de 10E pensarlo 2 veces.

Cerca del castillo está la Catedral de Lisboa, la iglesia más antigua e importante de la ciudad. De estilo romántico, construida en el siglo XII, su nombre completo es Santa María Maior.
En el barrio de Baixa se encuentra el ascensor de Santa Justa, que fue diseñado por Ponsard, un discípulo de Gustavo Eiffel, hace ya más de 100 años.
El Barrio Alto de Lisboa es famoso por su gran ambiente, sobre todo de noche. Como el nombre lo indica esta zona se encuentra en una parte elevada de la ciudad por lo que ofrece grandes vistas y varios miradores, como el de Santa Catarina y el de San Pedro de Alcantara. A caminar y perderse!!!
La Plaza del Comercio es uno de los puntos más importantes de la ciudad. Es un conjunto de edificios que forman una suerte de herradura dejando libre el lado que da al río. Acá es donde llegaban los barcos y era la puerta de Lisboa.
En esta plaza comienza la Rua Augusta, una linda peatonal llena de tipos ofreciendo, a
cualquier hora, chocolate y hassis, entre otras drogas, pero es realmente muy bonita para
caminar eh, sin ironías! Esta peatonal atraviesa el Barrio Baixa y la conecta con la otra
plaza principal, la del Rossio (oficialmente Don Pedro IV). Esta plaza es el corazón de Lisboa
y cuenta con una de las principales estaciones de tren (desde aquí salen los trenes a Sintra).


Un poco más retirada está la zona de Belem. Allí se encuentra el Monasterio de los Jerónimos (1501), un edificio muy grande y de enorme belleza arquitectónica. Delante hay un gran parque que llega hasta la costanera del río (a esta altura ya se empieza a ensanchar y mezclarse con el mar).
Bordeando la costanera se llega a la torre de Belém (1519), de estilo manuelino que sirvió de defensa a la ciudad en su principio y luego se convirtió en aduana y faro. Algo curioso es la gárgola de un rinoceronte, debido al primer animal de este tipo que llego procedente de la India en 1513. Junto a la torre esta el Monumento a los Descubrimientos, homenaje a los varios conquistadores, entre los que se destaca Vasco da Gama.




Nadie, absolutamente nadie se puede ir de Lisboa sin subirse a un tranvía. Una experiencia hermosa que bien vale la pena perderse y bajarse en cualquier lado.
CASCAIS-ESTORIL: playa a la vista
Muy cerca de Lisboa, a apenas unos minutos de bus o tren está Cascais y enseguida Estoril, famosa por ser la sede del GP y del ATP. Vendría a ser la zona de playas más cercana a Lisboa. La diferencia en cuanto al ritmo de vida entre la capìtal lusa y esta zona es notable, se respira otro clima. Es muy lindo caminar por la costanera y también adentrarse un poco para ver las residencias de fin de semana de algunos lisbonenses adinerados.

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SINTRA: no hay moros en la costa
A sólo 30 minutos de Lisboa se encuentra esta ciudad alucinante, para nuestro gusto im-per-di-ble, de lo que más nos ha gustado de Portugal. Tiene varios puntos para recorrer, pero al ser un lugar chico está todo relativamente cerca, pero si planean hacerlo en el día desde Lisboa conviene empezar temprano.
En la parte inferior, donde los dejara el tren, se encuentra el Palacio Nacional, en pleno centro histórico. Fue construido en el siglo XVI y es muy fácil de identificar por sus dos chimeneas con forma de embudo invertido o tetas bien punteagudas, depende lo libinidosa que sea la imaginación de cada uno. Además del Palacio recorren las calles del centro que son preciosas.
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Otro punto interesante para ver en la zona baja es la Quinta da Regaleira, a unos 15 minutos caminando del Palacio Nacional.
El Palacio da Pena, anclado en la cima de una montaña, es la postal de Sintra. Una construcción rarísima que data del siglo XIX y que fue una de las principales residencias de la familia real portuguesa.
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Uno de los lugares que más nos impactaron (no sólo de Portugal ni de Europa, hablando en general) es el Castello os Mouros. Una fortificación del siglo XI que va siguiendo la cadena montañosa. Las vistas a la ciudad y al Palacio da Pena son impagables. No conocemos la Gran Muralla China, pero es inevitable la comparación.
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PORTO: colores de Portugal
El casco antiguo de Porto (u Oporto) es lindo de recorrer, el Palacio de la Bolsa, la Catedral, la Torre de los Clérigos y el Palacio Episcopal, entre otros monumentos y edificios destacados.

Pero sin dudas que lo más interesante esta en las orillas del río Duero. Barrio de la Ribeira con sus coloridas casas y el río atravesado por numerosos puentes que alucinantes, entre los que se destaca el de Maria Pia, construido por la empresa de Gustave Eiffel.
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Del otro lado del río hay muchas bodegas donde se puede degustar la bebida típica de la ciudad, el vino de Oporto.
Es un vino al que se le agrega aguardiente para cortar la fermentación, por lo cual tiene mayor graduación alcohólica, pero es más dulce ya que queda azúcar sin fermentar.
