Lo poco que vimos, apenas Copenaghe, nos encantó. Mucha bicicleta, como en Amsterdam, calles impecablemente limpias, gente amable, lo único malo es la Corona Danesa, no me refiero a los reyes, sino a la moneda. No es un país económico para nada, pero como todos sabemos: donde se acaba el bolsillo empieza la maña.
COPENAGHE: la sirenita en bicicleta
Es una ciudad que no parece ser la capital de un país. Por el ritmo de vida, el poco movimiento que hay en la calle y la enorme cantidad de espacios verdes que tiene. El tráfico de bicicletas es hasta mayor que el automoviles.
Justamente lo primero que vimos fue el jardín botánico y el parque del palacio Rosenborg. Pasando por un antiguo barrio con bellas casas bajas y alargadas pintadas de un tono amarillento.
Cruzando el portón de la fortaleza Kastellet se llega a uno de los símbolos de la ciudad: la estatua de la sirenita. Este pequeño monumento a orillas del mar es un homenaje al escritor danés Hans Christian Andersen, autor justamente de la Sirenita y Patito Feo, entre otros, y quien murió en esta ciudad. Los que leyeron algo sobre Sintra (Portugal) sabrán del sorprendente fanatismo de Lu por este autor, jaja.
Bordeando el mar está el Palacio Real y la hermosa plaza llamada Amalienborg. Cerca la preciosa calle portuaria Nyhavn, en donde se destacan todas las casas pintadas con diferentes colores en cada lado del canal que atraviesa el puerto. La mayoría en la actualidad son bares o restaurantes, pero anteriormente eran las viviendas de los marineros. Se dice que en épocas de neblina era muy difícil para los marineros diferenciar su vivienda por lo tanto pintaban las casas con colores llamativos para identificarlas.
En Copenaghe está la calle peatonal más larga de Europa: Stroget, en donde se encuentra un museo de los records Guiness y obviamente docenas de locales de todo tipo. Intentamos ir al famoso Parque Tivoli, pero la mayoría del predio estaba cerrado (era octubre y abría recién en noviembre!). Frente al Tivoli se encuentra el Radhuset (Ayuntamiento).
Otro punto para ver es el Palacio Christiansborg, con su llamativa cúpula contorneada. También el Museo Nacional y el Ny Carlsberg Glypbtek.
Dónde dormir: Jorgensen, Roemersgade 11, 50DKK con desayuno bastante completo (hasta había queso azul!). El hostel está en la parte de abajo, parece una especie de camarote de barco.
-La zona del puerto antiguo, la calle Nyhavn con sus preciosas casas.
-El legado cultural del amigo de Lu, Hans Christian Andersen.
-La enorme cantidad de personas que usan la bicicleta como transporte.
-Algunos precios por encima de la media del resto de Europa.
-No poder entrar a los Jardínes Tívoli de Copenaghe.